
Seguro que te ha pasado. Te compras una sombra de ojos súper chula, pero cuando te la pones en el párpado el color no es el mismo, es mucho más flojo.
¿Tiramos esta sombra? Claro que no, lo único que necesitas es seguir estos consejos, ya verás como la próxima vez que te la pongas, el color te aguanta más.
La clave está en comprar sombras semi-mates, es decir, que no tengan brillantitos. Tampoco van bien las sombras muy secas, ya que no se pegan bien al párpado. ¿Qué compramos entonces? Pues sombras con textura cremosa, son las que más duran.
También puedes combinar sombras en lápiz (jumbos) con sombras en polvo. Los jumbos tienen una textura cremosa que hace que la sombra en polvo se fije mejor. La clave está en pintar el ojo con un jumbo del mismo color que la sombra que quieras utilizar. Esto potenciará muchísimo el color de la sombra.
Si no quieres complicarte la vida con el jumbo lo que puedes probar es pulverizar el pincel o el dedo en agua y después coger la sombra. La humedad hará que se potencie el color y en el ojo quedará más brillante.
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